Rugbyleaks II… el ocultamiento

La idea no es escrachar al bueno de Frankie, que en definitiva le pagan para esto, pero si revelar como se hace la tramoyeta para ocultar lo que nuestra primer denuncia produjo.

Caló hondo revelar la miseria de los dirigentes y los negociados prebendarios, que con pátina de federalismo presionaron a las uniones para que apoyen la continuidad “del modelo” (ahá, mirá vos que loco!). Esto en prensa y comunicaciòn es denominado estrategia de bloqueo. Ahì anduvieron castillo, ficha y demàs interesados, lavando la caripela en medios amigos.

Bueno, acà van las sugerencias del periodista Frankie Deges a los dirigentes de la UAR.

 

La Nación

De Frankie Deges

Para Carlos Barbieri, Damián Diaz, Luis Castillo, Agustín Pichot, Carlos Araujo, Cacho Navessi

 

Buenos días a todos;

http://canchallena.lanacion.com.ar/1563004-rugbyleaks-los-correos-que-revelan-como-se-maneja-la-uar
http://canchallena.lanacion.com.ar/1563005-nadie-es-el-dueno-del-rugby-argentino

Duro golpe le trata de dar La Nación al rugby argentino – ataca a la institución y a ustedes en forma personal – algo que suponíamos iban a hacer, confirmando de qué lado están. Y que obviamente, lo que escribe Dapelo y Búsico va en yunta.

Siento que acá hay una crisis política que resolver, aunque la realidad es que mas allá de que buscan embarrar la cancha, no es mucho lo que hay para perder si se juegan bien las cartas.

Opciones hay varias y distintas:

a) silencio de radio es mantener lo que se venía haciendo, no hablar y seguir trabajando.

b) un portavoz unificar un mensaje, buscar una explicación a los e-mails o a lo que en ellos se refleja, hablar de los números (Damián Díaz me dijo que iba a haber superávit) y contar los logros de la gestión. Elegir bien los medios por donde contestar.

c) convocar a algo más masivo es más complicado porque puede haber muchas preguntas que podrían ser incómodas para contestar. Hay que estar bien preparados para esto.

d) hablar con La Nación hay una relación comercial existente y no puede ser que quien es auspiciante sea quien más duro golpea a la UAR.

e) averiguar qué se puede hacer legalmente con el uso público de correos privados desconozco la legislación, aunque todo lo relacionado a internet es un gris oscuro. Los rugbyleaks los publica otro y La Nación como mucho podrá disculparse por reproducir algo que ellos no generaron. La preocupación es como se obtuvieron. En definitiva, no quedan canales de comunicación más seguros que hablar cara a cara y tal vez deban modificar la forma en que se escriben mails entre ustedes – el tono de confianza de amistad que se nota en los mails, puesto como lo ponen, habla más de otra cosa.

Cuando la nota dice que cinco personas “afectadas al caso” – tres dentro de la UAR – confirmaron que son reales los e-mails en los que hay siete involucrados quiere decir que tres de ustedes confirmaron, cosa que dudo. Y si no, hay gente dentro de la UAR que le está dando por cierto a La Nación que los mails son reales. Puede ser un flanco para defenderse, aunque lo publicado, publicado está.

La realidad es que el daño está hecho. La decisión de ustedes es si quieren intentar corregirlo o si prefieren que pase esta nueva tormenta que plantea La Nación. Con las elecciones tan cerca, les queda una semana más a La Nación para seguir buscando temas que afecten su gobernabilidad.

Sea lo que fuere, me avisan.

Los saludo atentamente;

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